SOBRE NOSOTROS
"The Wild Balance" se empieza a cocinar entre montañas y pueblos encantadores de Catalunya. Nace entre furgoneta camperizada y pausas de hidratación y reposición en los caminos de senderismo. De ahí lo salvaje "Wild"
Os preguntaréis que por qué viene a cuento estos rollos de montañas y pueblos con las cremas de frutos secos... pues bien, ahí es cuando Carol empezaba a experimentar mezclas de cremas de pistacho con dátil para después llevarlas como fuente de alimento energético en las pausas de las rutas de senderismo que planeábamos. Así fue cómo logró encandilar a Chus (que entonces no eramos pareja, pero estábamos en proceso) y le sorprendió porque no había probado nunca esas mezclas de cremas de frutos secos, solo había degustado antes las típicas cremas de cacahuete repletas de aceite de girasol y sal que se enganchaba en el paladar y costaba mucho de tragar, y la verdad que no las solía consumir mucho.
Ese aperitivo hizo pensar mucho a Chus, que quedó enamorado del sabor de esa crema que preparó Carol (en poco tiempo también quedó enamorado de Carol pero no solo por la crema, o al menos eso dice) y Chus decidió que, a partir de ese momento, se acabarían las clásicas cremas de frutos secos que ya probó antes y no le convencían, sobretodo por los ingredientes, y se iban a poner manos a la obra a crear cremas de frutos secos que fueran TOTALMENTE NATURALES y con la mayor cantidad de fruto seco posible. Sin azúcares añadidos, sin aceites, sin estabilizantes, sin conservantes, sin aromas artificiales, sin gluten y con MUCHA CREATIVIDAD, intentando conseguir mezclas inimaginables y jugando con los frutos secos, especies y chocolates con el porcentaje más alto posible de Cacao pero sin amargar en exceso para conseguir unos sabores revolucionarios y que no existen en el mercado (al menos por ahora). De ahí el equilibrio "Balance".
Ya han pasado más de 3 años y todavía seguimos jugando y divirtiendo a los paladares de todas las familias (incluidos los más peques de la casa que es una gozada ver cómo disfrutan con un producto totalmente natural).
¡ Así debemos educar a nuestro paladar !
Os preguntaréis que por qué viene a cuento estos rollos de montañas y pueblos con las cremas de frutos secos... pues bien, ahí es cuando Carol empezaba a experimentar mezclas de cremas de pistacho con dátil para después llevarlas como fuente de alimento energético en las pausas de las rutas de senderismo que planeábamos. Así fue cómo logró encandilar a Chus (que entonces no eramos pareja, pero estábamos en proceso) y le sorprendió porque no había probado nunca esas mezclas de cremas de frutos secos, solo había degustado antes las típicas cremas de cacahuete repletas de aceite de girasol y sal que se enganchaba en el paladar y costaba mucho de tragar, y la verdad que no las solía consumir mucho.
Ese aperitivo hizo pensar mucho a Chus, que quedó enamorado del sabor de esa crema que preparó Carol (en poco tiempo también quedó enamorado de Carol pero no solo por la crema, o al menos eso dice) y Chus decidió que, a partir de ese momento, se acabarían las clásicas cremas de frutos secos que ya probó antes y no le convencían, sobretodo por los ingredientes, y se iban a poner manos a la obra a crear cremas de frutos secos que fueran TOTALMENTE NATURALES y con la mayor cantidad de fruto seco posible. Sin azúcares añadidos, sin aceites, sin estabilizantes, sin conservantes, sin aromas artificiales, sin gluten y con MUCHA CREATIVIDAD, intentando conseguir mezclas inimaginables y jugando con los frutos secos, especies y chocolates con el porcentaje más alto posible de Cacao pero sin amargar en exceso para conseguir unos sabores revolucionarios y que no existen en el mercado (al menos por ahora). De ahí el equilibrio "Balance".
Ya han pasado más de 3 años y todavía seguimos jugando y divirtiendo a los paladares de todas las familias (incluidos los más peques de la casa que es una gozada ver cómo disfrutan con un producto totalmente natural).
¡ Así debemos educar a nuestro paladar !